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lunes, 24 de febrero de 2014

Apenas un breve avance...

Hola a todos:

Aparte de agradecer a aquellos que no me abandonan, en esta ocasión quiero hacer mención de las deliciosas palabras de encomio que me regala Minerva, quien apenas está conociendo algunos de mis viejos trabajos, y esta  vez se topó con las primeras escenas de de Mi Recatada Esposa.

Celebro lo hayas encontrado estimulante, y pronto te animes a compartir algunas de tus ideas y emociones.

Les comento que he seguido con lo de los lápices , y actualmente estoy por concluir dos o tres proyectitos  que ya inicie durante el mes de febrero, y espero termianrlos antes de poder ponerme a escribir la conclusión de la escena de Asuntos de Interés y Negocios.

En via de mientras, aqui les puse un breve avance de lo que continua en la histroria.

Ludo a Secas.

PS: Por aquello de agradecer a los que no me abandonan me refiero a particularmente a Luis, Magoes y  El Manu.,  que hay otros que ya veo que por todos lados andan regalando halagos y jurando lealtades a mas de varios reyes.  Y pues como dicen por ahí. "el que a muchos amos atiende"...


Asuntos de Interés y Negocios - 3er Act ( 8ª Esc )




Asuntos de Intereses y Negocios  (  )  Adaptación*
Ludo Mentis G.O. Tigers.

Todo por un Precio Especial

3er Acto - Escena 8ª    ( ¿Hay alguien ahí?… )

En tanto que la acción en el cuarto contiguo avanzaba sin mayores reparos ni darme tiempo de espera, apartando la vista del dispositivo -sumamente alterado- busqué a mi rededor para ver de qué se trataba y giré la vista hacia la lóbrega estancia con intención de observar más allá de las sombras que producía la luz proveniente de ella.    Me encontraba nervioso cuando sin poder descifrar que era aquello que me ocasionaba la sensación de apremio, me incorporé abandonando el banco en que había estado sentado para encaminarme unos cuantos pasos en dirección del mismo pasillo por el que había entrado a esa habitación.   Me quedé estático de espaldas a la pared por un momento, mirando al umbral de aquella angostura; repentinamente, me detuve al percibir un sonido que aparentemente provino de algún lugar en el techo del baño, por extraño que esto pudiese parecer.

…¡¿Sí?!.  ¿Qué quiere?.    Le dije que me esperara y yo lo buscaré para decirle cuando me vaya.—   -En tono fingidamente sereno hablé hacia la oscuridad, esperando que con esto la presencia tomara forma concreta y se revelara de su escondite al saber que me había ya dado cuenta de su presencia en las inmediaciones.

Entonces, proviniendo de un punto dentro del oscuro espacio que me rodeaba, en esta ocasión, me pareció situar la presencia tras mi espalda, retirada, hacia el final del pasillo muy cercana a la puerta de la cabaña; desde ese punto, escuché una voz que decía:   ‑ Ah, sí…  Ahorita iba ya para allá…  sólo venía a ver si lo dejé por aquí. ‑ 

Palabras que para mí confort fueron seguidas de unos pasos que se alejaban del sitio donde yo me hallaba con el corazón en un hilo, parado escuchando cómo estás continuaban su marcha,  avanzando sobre la gravilla cercana al sitio donde había aparcado el auto.

“¡El carro!...  ¡Si ella o Romeo salen, se darán cuenta que también estoy estas ahí estacionado!... — Dije para mis adentros, alarmado de mí al darme cuenta del tremendo descuido que con mi inocentada podría yo ocasionar;  máxime si víctima de mis temores había apartado la vista del aparato a través del cual podía monitorear y darme cuenta del tiempo que me requeriría a mi abandonar aquel sitio sin correr riesgo de ser descubierto.

—“Se me hace que mejor ya te vas.   Apagas el mugroso aparato ése…   Coges lo que haya grabado y te largas a ver si alcanzas a llegar al concierto o la cena antes de que también te pregunten después por qué si de todas maneras vas tarde, Verónica no pudo llegar; con quién; o haciendo qué se quedó”…—  Aún recomponiéndome del súbito apremio que me invadía, cavilaba al dirigirme hacia el sitio en donde se había quedado la cámara.

“¡Vaca nalgona, chichona, putona y adultera!”…   “A ver ahí Tú como explicas a todos, incluidos tus hijos; que no llegaste porqué estabas en el hotel, no sólo con el infeliz que me recomendaste para que lleve las cuentas de mi dinero, sino también con el pinche jefe del taller de la agencia en donde compraste tu coche. Dándoles las nalgas para pagarles lo que yo no pude o ya no quise pagar”.—  Víctima de mis emociones por demás encontradas, ofendiendo infamemente a la mujer con la que ellos se divertían y sobajaban de tan obscena manera, recalé mi conciencia resumiendo la escena y las palabras que les había escuchado decirle. S?

Sin más ni más, me disponía yo a tomar la memoria o el aparato completo si aquello llegara a ser necesario; cuando quedé helado de nuevo ante el monitor.

…Habiéndose desecho ya de las pantaletas que hasta hacía unos minutos o unos cuantos instantes habían estado cubriendo el ampuloso trasero y ensopado monte de Venus de mi mujer, justo detrás de ella se hallaba ya completamente dispuesto a penetrarla con su arma viril el nefasto ejecutivo de cuenta ante el cual vendía ahora ella la dignidad de su ser a cambio de unos miserables favores.   Y en tanto que el otro moreno, sin francas señales de fuerza, sino ahora más bien de darle algo de ayuda y soporte ante lo que los tres sabían que acto seguido vendría, apenas la sostenía en el sitio tomándola suavemente por los cabellos, dejándola que se apoyara ella con los antebrazos y manos sobre sus gruesos muslos de pieles oscuras mientras Romeo con su lanza la provocaba situándola en la tentadora hondonada que separaba los tentadores hemisferios de sus dos glúteos, para enseguida, y como si fuese esta una brocha en vez de su miembro, ni dejar de tomar en  el puño firmemente la base de su vigorosa erección, mover la punta de abajo hacia arriba a lo largo de aquella hendedura, tan sólo deteniéndose brevemente a medio camino para apuntar con la cabeza de esta en contra del par de objetivos expuestos y vulnerables.  Donde probó aguijonearla para que ella se estremeciera al sentirlo ya de manera tan próxima a comenzar la invasión.

…¿Te gusta Verito?.    Instalado en el morbo que le ocasionaba aquella conquista ya antes fácilmente ganada por él, le preguntó al tiempo en que centrando ahora su tentativa de ataque hacia la tentadora e invitante abertura de mi mujer que se hallaba ya totalmente dispuesta con los femíneos bezos preñados de cálidos jugos que rebosando fuera de ella, lucían ya untándose por doquier, incluso en algunos de los flequillos que remojados como la región interior de sus muslos parecían recién barnizados con la lustrosa sustancia que los embadurnaba y les hacía aparecer, por algunas partes adheridos hacia los túmidos labios externos de su feminidad, y algunos otros, rizados y melifluos, también más hacía abajo, colgándole de su húmedo pubis de señora casada., y con los que de nuevo jugó a pasearlos sobre la bulbosa cabeza de su pene inflamado y erecto.  

…Anda. Dime si quieres que te la clave mientras tú preparas a Pachequito y se la pones bien dura con tu boquita. ‑   Insistió en cuestionarle a Verónica mientras la hacía sucumbir a la tentación de tener al menos ya dentro de ella la cabeza de aquella impaciente erección.  Pero por su parte, él; divertido de las reacciones que  provocaba con la proximidad de su pene justo a la entrada de la feminidad de mi esposa, en vez de traspasar de una vez y por todas aquella frontera final, continuó apenas hurgando con la punta del viril instrumento entre los húmedos belfos que flanqueándole en rededor parecían querer abrirse más y más todavía para recibirlo completo como queriendo mostrar el camino, cuando apartándose de aquel punto, en vez  de penetrarla con esta, lo hizo surgir de nuevo impregnada con los flujos de ambos, esta vez, para enseguida, dirigirlo hacia otro lugar de su anatomía más cercana donde pudiera embarrarle el zumoso caldillo que sus propios ardores habían producido.
* * *