¿Y que
hacer cuando una es el centro de atención, pero no necesariamente es lo
más indicado y peor si hablamos que alguno de los admiradores en turnos
es por decir lo menos "manolarga"...?
Por la mente de una pasan
muchas cosas, el coraje y enojo, la pena, esa pena que muchas veces no
te deja denunciar y gritar a los 4 vientos que alguien ha propasado los
limites de admiración para llegar a la invasión.
Bueno, pasando este punto la mente femenina tiene muchos enredos, circuitos que se cruzan y desde luego impulsos que se activan.
Cuando
a una le roban una caricia... no es como cuando te roban dinero o algún
bien, es mejor dicho algo que se queda contigo, se te transmite ese
deseo de "el" y te hace sentir de la manera más imprudente que para el
eres atractiva, y aunque muchas veces la caricia robada no es mas que
uno o dos segundos, te genera sensaciones que no puedes dejar de sentir
en horas, incluso días, desde la ira, la vergüenza, la culpa... y hasta el placer.
Vayan y pregúntenle a la dama que quieran, no hay ninguna a la que no le hayan robado una caricia, y llegando a esos términos, cuantas están dispuestas a aceptar que no solo no les provoco sentimiento encontrados, si no que quizá el tipo quizá llegar más allá logrando encender los mecanismos placenteros femeninos...
En estas fechas una esta muy propensa a ser presa de
algún ladrón
de amor, aquel que aprovecha los abrazos y buenos deseos, lo bella que
una se arregla para hacerte sentir algo más; que aprovecha un instante
que te quedas sola para intentar saciar su lujuria con tu cuerpo y
porque no salirse con la suya si una queda indefensa unos instantes.
¿Se han dado
cuenta de
eso, lo han
hecho?