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Mónica
y el Nuevo Suplente ©
Ludo Mentis
Parte 1 Capítulo 2 Escena.2( Siempre Odiosas las Comparaciones
)
...Definitivamente sí está mejor que la Palmirita, que
también estaba muy buena.–‑ De nuevo pareció surgir un intento de entrecortada
conversación mientras el cuerpo de la agitada señora se regalaba a ellos para
que lo llenaran con sus masculinidades.
Aunque intentaba no prestar oídos a tan chocante
comparación que hacían de su persona con respecto a las cualidades de aquella
muchacha a la que había conocido y sabido que en su momento, y hasta hacía poco,
también había sido una de las amantes que Enrique tenía en la oficina., en
realidad - y por más de un simple motivo
que, dadas las circunstancias en esos momentos parecía de lo más absurdo y
pueril-, a Mónica,en vez de otras inapropiadas libertades que les brindaba y
les permitía que se tomaran con ella, le molestaba aún más tan desconsiderado
careo del que era sujeto su cuerpo.
“...Urrghughh Mmpffgh”— Surgió un resoplido por parte del señor
cuando atenazando a Mónica por las cachas empezó a batirse hacia delante y
atrás dentro de ella, tironeando con ruda firmeza los deteriorados elásticos
laterales de las deshonradas y por demás manoseadas pantaletas.
... “Slap, slap, plop, plop, plap… ahhahhggghh”—Fue aumentando
el alborotado ritmo de los embates de la faena hasta llegar al punto en que
sonando cual manotazos que le estuviesen dando a los orondos cachetes del
trasero de la subyugada señora, antes de que sin poder contenerse dentro de sí,
ésta inevitablemente gimoteara en un ahogado suspiro que se desvaneció lentamente.,
y que seguramente si aparte de la secretaria del nuevo mandamás de la empresa, -
quien pretendiendo hacerse la desentendida del inapropiado ajetreo que sucedía al
indiscreto cobijo de aquella oficina —., o alguien más hubiese pasado o estado cerca
del escritorio donde para guardar las apariencias, ésta sin conseguir ocultar
del todo una delatora sonrisa, procuraba disimular, fingiendo continuar al únicamente
pendiente del monitor de su computadora, también se hubiera reído de ella al
percatarse de los guturales gemidos y ruidos que se colaban ya por la puerta.
‑- Así mamita., ¡tómala!., ¡tómala toda!... Aquí atrás
se siente bien rico como me aprietas con tu hoyito mojado...-‑ Desvergonzado y sin importar que los
compañeros de la mujer pudieran llegar a escucharlo allá afuera., situado entre
las piernas y glúteos de Mónica, parecía querer escupirle desde allá atrás a
los oídos de ella.
Y debido al perversísimo abuso que hincando sus garras
en ella se apoderaba ya de todo su ser, Mónica, arrebatada ya por completo
frente a las sensaciones que afloraban desde el fondo de su confundida
naturaleza de mujer trastocada por el morboso placer que le producía sentirse
nada más que el objeto de tantas bajezas a las que prestaba su cuerpo de
suripanta casada, se dejó llevar todavía más hondo hacia el precipicio de las
mesalinas., y dejando de succionar el miembro que tenía entre sus adúlteros
labios, lo extrajo de aquel sitio para luego de dedicarle una golosa mirada, cual
si fuera un sorbete purpúreo en vez del miembro viril de aquel hombre, que
delicioso a sus antojos, probó al lengüetearlo enseguida y recorrer con su húmeda
lengua toda la venosa extensión del vigoroso talló antes de irla bajando hasta
llegar hacia los peludos testículos, que con la placentera anticipación de su
dueño ya esperaban sentirla dedicándoles algunos besos salpicados y acuosos, o
algún otro mimo que de sus labios viniera hacia estos antes de chuparlos y
jugar con ellos dentro de su boquita de mujer fácil.
Oooahhhghh...‑
En franca señal de que la experta boca de la Mónica agradaba al
muchacho, este gimió cuando sintió que los testigos de su hombría se derretían
mojados por las babas de la madura señora.
...Uhhmmmm m-m. m-m-m-e mata lo que haces con esa
boquita con la que también comes mamita...‑
La alentó a que siguiera colmando de aquellos placeres su miembro
mientras el hombre que la tenía empalada allá atrás continuaba gozándola
sintiendo como ella respondía a sus embates acariciando y mojándole el miembro
con el indecible deleite de su feminidad sobre éste.
‑-...Los quieres todos completos. ¿Verdad tú?... ¡¿Zorris?...
¡Siento como quieres ordeñarme mi palo!... – Comenzando a convulsionarse dentro de su
grotesca lasciva “El Ventarrón” parecía casi un tifón cuando vociferaba como
Estertor.
Pese a lo trastornado de su conciencia, súbitamente
algo dentro del extraviado subconsciente de Mónica volvió a hacerla sentirse
mortificada de su escabrosa circunstancia cuando se dio cuenta que rápidamente
se aproximaba al embarazoso momento que tanto bochorno solía a veces
causarle. Sabía que su cuerpo se
hallaba por sobrepasar el punto de no retorno que le anunciaba la proximidad de
un orgasmo que estallaría dentro de ella.
Pese a lo mucho que con el tiempo el profundo y
perverso placer que le ocasionaba saberse dominada por hombres que — no siendo
su esposo—, la usaban como ahora estos lo hacían sin contemplaciones algunas,
ocurría con relativa frecuencia que al aproximarse al retorcido éxtasis de su
feminidad, la culpabilidad y cierto pudor todavía se apoderaba parcialmente de
ella durante momentos tan íntimos.
El bochorno se aproximaba cada vez más... Ella sabía que pronto estallaba...‑ Le perturbaba que estos dos la vieran
explotar en su orgasmo.
‑-¡Dios!...
Esto está mal. Te usan como
usaban a esa otra cualquiera antes que tú...
Sólo te usan y tú les das lo que quieren de a gratis. – La débil voz de la consciencia de Mónica
volvía más pecaminoso el momento.
Partiendo de su vientre como un latigazo que llegó
hasta las sendas puntas de los deditos de ambos pies que se tensaron dentro del
confinamiento de sus zapatos letizios con ojuelos abiertos al frente, de pronto
una atronadora sensación comenzó a recorrerla escalando de vuelta a sus piernas
antes de hacerla que se estremeciera alrededor de aquel miembro que tenía
alojado hasta lo más profundo de la sima de su femenina hendidura amatoria.
‑Déjalo venir so puta... Si-i-eh-ento cómo me aprieta-a-s la reata...
¡S—si-i-gh!… Mo-ogh-ja- áh-am-mela toda
completa para que te los de y luego te vayas...
Pese a que lo fuera, o la gente ya la llamara así, de
esa manera –como ahora sin mayores
ambages el ordinario sujeto insistía en llamarle -, y hubiese ella dado lugar a
que la tildaran de serlo., cual meretriz afuera de un templo, sobajada e impura
en tale viles maneras, al alcanzar ese insano placer que le producía sentirse
usada por ellos., aún detestaba que en esos momentos tan delicados e intensos que
ella vivía, él muy imbécil no le diese un respiro, incluso comparándola con
otra persona tan sólo por el mero afán de afectarla y provocar alguna
reacción.
Empero lo cual, y pese a que el debate interno de
conciencia contra subconsciencia se agravaba con cada palpitación de los tres
seres unidos por el cuerpo de Mónica, ella no podía contenerse y sintiéndolo a
punto de reventar dentro de su desprotegida vagína, que en anticipación al
instante que presentía que se avecinaba ya de manera inmediata, fue cerrándose
como un suave guante de latex que con mayor fuerza fue constriñéndose en
rededor del pulsante falo al momento en que simultáneamente toda su femenina
persona reaccionó echándose hacia atrás en pos de la mayor ración posible de
pene que el sujeto tuviese para entregarle y regarla por dentro.
... ¡Oooughh!.
¡Se está viniendo en todo mi palo!– ‑
Exclamo el despreciable hombre de dos caras con voz de huracán.
-...Ah-ah-a c-c- á también. E-e-heh e-e-s-sta por
sacármelos‑ Por su parte gruñó el joven
asiendo por los revueltos cabellos la cabeza de Mónica.
No obstante los tres se hallaban al borde del
estallido total de sus instintos, el despreciable arribista de anteojos fue el
primero que realmente terminó de llegar y comenzó a vaciar sus espermatozoides
dentro del tibio deposito que la receptiva mujer le estaba ofreciendo para que
culminara su afrentosa victoria.
Aunque no copioso, ni en extremo potente ya el semen
del añejo hombre, no por ello, si apenas menos riesgoso, pero muy capaz dentro
del cuerpo Mónica de ponerla en el difícil camino de un comprometedor e
indeseable nuevo embarazo que a sus cuarentas, y tan escasas relaciones que se
tenían ya sobre el lecho conyugal de su casa, amén de difícil de explicar a sus
familiares y esposo tiraría al río definitivamente el matrimonio y reputación de
la aun joven madre y esposa.
Mas, movida en ese instante no por otras causas, sino
por la función de los meros afanes reproductivos de su cerebro, en el momento
que ella sintió el caldeado torrente inundándola con sus peligrosos gérmenes
gestadores de vida, sin importar lo tremenda de la irresponsabilidad e ilícita
naturaleza del acto que acababa de consumarse en aquel sitio, lanzando hasta el
techo las ganas de la joven señora, los espasmos de ésta se convirtieron en
oleadas sísmicas que recorrieron su cuerpo y se dejaron sentir tanto en el
avejentado amante que a pelo terminaba la monta de aquella yegua ganosa, como
el del joven garañón que también terminó de vencerse, y sin aviso previo comenzó
a disparar su pesada crema de macho contra el rostro de la bella señora que
ahora era sólo un objetivo donde volcar las descargas de sus antojos carnales
Y en vez de preocuparse o invocar el recaudo que ante tal
circunstancia toda mujer casada se supone que debe tener respecto a semejante tipo
de riesgos, ella se limitó a intentar objetar:
...¡N-n-o!. Mi
pel...‑ Quedando callada y sin terminar de
decir al sentir el primer disparo caerle en un trazo que dirigiéndose en un rápido
hilo ascendente que comenzó por uno de los párpados para atravesar luego una de
las cejas pobladas y subir hasta el nacimiento de los cabellos de Mónica,
súbitamente detuvo su avance apenas habiendo manchado con su pegajosa sustancia
un pequeño manojo de pelos del despeinado fleco de la mujer y describiendo una
grisácea parábola de movimiento, enseguida caer a su frente y pasándole por la
otra ceja, terminar ya su débil rasgo en un hilillo que quedó colgando de las
espesas pestañas de ella precisamente cuando habiendo perdido la posibilidad de
pedirle al muchacho que tuviera cuidado dejó sin concluir sus palabras, e
intentando cubrir con la mano la posibilidad de recibir en otro inapropiado
lugar la siguiente salva buscó cerrarle el ángulo de tiro a la enardecida anima
y óculo del alebrestado cíclope.
Aunque reducido su impredecible trayecto, más rápido
que una ráfaga de veneno escupido por una serpiente, el siguiente escupitajo de
la espesa proteína halló un hueco para colarse entre los dedos de la mano que
intentaba controlarle y fue a dar a la boca entreabierta de Mónica, que sin
esperarlo, y equivocando la decisión, sólo pudo cerrar los labios cuando hubiese
ya sido mejor recibir la descarga completa, en vez de que, habiendo caído una
cantidad del fluido en el interior de su húmeda entrada , el resto de la
explosión inútilmente fue a embarrársele contra las narices, labios y barbilla,
de donde formando un burdo hilillo de espesa baba en tono de ostión, lenta aunque
inexorable, comenzaría a resbalarse, y sin reparos en su camino hacia el piso caería
sobre la tela de su vestido.
Así, procurando evitar que una mayor cantidad del
pegajoso fluido cayera encima de ella o de sus ropas, o peor aún, que la
irritante porción de nitrogenado acido úrico, clorido y amonio, que junto con
los espermatozoides y otras tantas sustancias que componiendo el potente semen,
éste acarreaba fueran a darle a los ojos, optó por cerrarlos y tan sólo tantear
a encontrar con los dedos la pesada arma del chico e intentar empuñarla para
dirigirla hacia cualquier otro lado donde ya no fuera a ocasionarle mayores
estragos o innegables evidencias de lo sucedido en aquella oficina.
No obstante intentarlo., y —medianamente— conseguir
algo de éxito en el fugaz empeño de conservar algo de la compostura y decoro
con que aun pretendía sostener ante el resto de los compañeros de la oficina
que no supieran de su situación en la empresa, al solo poder intuir la fortuita
e improbable trayectoria que tomarían los babosos chorros que con cada espasmo
surgían lanzados al aire, sin poder ver los erráticos hilos que por doquier se
escurrían desde la primera explosión que fue a darle en el rostro y cabello.,
en realidad todo su esfuerzo resultó bastante infructuoso.
En tan apurado momento, víctima de la indecisión que
con el espeso semen y grueso pene que sostenía mientras continuaba
convulsionándosele entre las manos, en tanto que, con la que contuvo e intentó
dirigir lejos los disparos de aquella manguera no resultó mal librada., sin
darse cuenta ella de esto, con la que buscó que se protegiera su cara del
intenso torrente de espermas, en la precipitada maniobra quedó absolutamente
bañada por la penetrante y grumosa sustancia que al caer entre sus finos dedos
pronto cubrió el lustroso brillo del par de elegantes argollas que, ante sus
padrinos de boda y testigos, años atrás ella aceptara que en señal de
fidelidad, amor y respeto, Gerardo colocara alrededor de aquel dedo que ahora
junto con estas simbólicas joyas, mancilladas por otro, iban apareciendo
cubiertos por el mismo semen que acababan de vaciar aquel par de testículos
sobre el rostro de la poco recatada esposa.
...Ooh-ooughaagh. ¡Me vas a sacar el cerebro!...‑ Con las piernas flaqueándole, al sentir la
final explosión que culminaba en una descarga mucho más leve que principalmente
fue a caer en el cuello y escote de Mónica, Enrique terminó de decirle.
No sólo por cuanto se veía, si no por el contexto en
que sucedía todo, la postal era degradante en extremo y no se trataba
únicamente de una instantánea de una mujer regalándole su cuerpo a su jefe y
otro hombre a puerta cerrada dentro de una oficina.
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Aunque el adulterio y la infidelidad no parecen ser más
que una condición de negro o blanco, sin claro oscuros que disculpen ni atenúen
la magnitud de la traición o el escándalo que se comete, en el fondo esto si
existe, y como es el caso que sucedía y mortificaba tanto a Mónica desde hacía
tiempo, ella no solo engañaba a Gerardo
si no que todas las agravantes las reunía con su situación en la que no
únicamente daba motivos de habladurías y sospechas de que engañaba a su marido
con otros y no sólo con sus jefes que habían gozado su cuerpo, sino que
permitiéndoles todo tipo de libertades, la magnitud de sus infidelidades
crecía.
Allí estaba ella que no queriendo ensuciar más de la
cuenta su cara, cabellos y ropas, durante algún tiempo reservara tales caricias
únicamente para los genitales de su esposo, y en ocasiones muy especiales, en
las que teniendo claro que una felación era de por sí ya un obsequio, a éste
jamás se le hubiera ocurrido sensato terminar sobre ella de la manera como lo
acaba de hacer ese muchacho. Sin embargo
postrada ahora ante él en el suelo., bañada en el semen de un hombre que
no siendo su esposo acababa de envilecerle su rostro, mientras que sumándose a
éste, el de otro segundo comparsa al que conociendo del riesgo que la ilícita
copula podía conllevarle, sin atreverse a instarle a que usara protección de
ningún tipo para poseerla le había permitido que sin recaudo alguno la gozara y
vaciara la carga de sus testículos dentro de su fértil vagína.
‑-... “De verdad que hay de putas a putas”- Embrutecido por la descarga y el sincopado
ritmo de las pulsaciones de sus sienes, el aprovechado y mezquino contador se
guardó para sus adentros el último comentario que vino a su mente cuando sin
proponérselo, al ir dejando vencer la fuerza de su debilitada persona ocasionó
que la costura de los panties que llevaba puestos Mónica diera de si, y con un
breve chasquido de telas e hilos desgarrándose, en un santiamén estos se
reventaran.
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Respecto a Mónica y el nuevo suplente. Capitulo #2
ResponderEliminar1.-Me “sorprende” mucho (y me agrada)
Este “nuevo sentimiento” y reacciones (mojándose) de ella.
Creo que en estos años “perdidos”
Nuestra Moni, le agarro el gusto.
NO, no, no… lo que quise decir es; ¡se volvió más golosa!.
2.-De inmediato volví a disfrutar (e identificarme)
“con el tema de sexo laboral”
El ambiente que creas, El pretendía sostener su buen nombre, ante el resto de los compañeros de la oficina.
Que las habladurías solo sean indirectas, pues ella está casada.
Eso me causa mucho morbo.
Muy bien logrado.
3.-y aunque se pueda leer como reclamo ¡no lo es!.
Ludo nos regalo un capitulo de Mónica, Pero este fin de semana perdió la selección de futbol y parece justo, pero…?
Que casi nos eliminan del Mundial, necesitamos MAS, para ahogar esa tristeza.
Un saludo de uno más de tus satisfechos Lectores.
Federico.
saludos don ludo y si excelente el relato de un erotismo fuerte,real todo este tiempo a monica le a sentado muy bien y como dice fede esas situaciones laborales son cotidianamente sexuales especialmente entre jefe y subalternas y casi siempre consentidas con excepciones ligeras no se .sin mas que decir gracias don ludo magoes
ResponderEliminarEstimado Ludo, ya te lo deben de haber preguntado 1000 veces, pero es materialmente imposible rehacer los capitulos 4 y 5 de Monica y el director para completar la primera parte de la saga?, nos quedamos con sabor a poco sin poder gozar de la manoseada y morbo con los japoneses, asi como la entrega de Monica a intercambiar placer por posición, tu amable respuesta será siempre bien recibida, yo te envie una traducción de una esposa modelo y actriz de ocasión un capitulo que faltaba, en fin, si necesitas alguna ayuda solo dimelo. Saludos, buen trabajo!
ResponderEliminarHaces buenos relatos y son bastantes morbosos pero creo que le metes tanta palabrería aveces que la lectura se vuelve asta pesada en algunos párrafos, es como si asta se perdiera el hilo de lo que se lee con tantas palabras
ResponderEliminarSin ánimo de ofender "anónimo":
EliminarAntes que nada, gracias por tomarte el momento de, por lo menos lanzarme tus escuetas palabras.
Y sí., sé que así escribo., con sobradas "palabras" y excesiva elocuencía que a unos gustan y a otros no. Entiendo que lo bueno de mis relatos queda un poco más allá de que alguien me conceda el favor de decirme que le parece que "hago buenos relatos y "hasta" - (con H) -, morbosos"., pero considero que a veces - ( Separado "a veces", No "aveces" ) tanta palabrería es buena para ponernos a leer con un buen diccionario o "tumba burros", al lado derecho de nuestro texto.
Sí eran los relatos o novelitas porno eróticas que yo tanto disfrutaba leyendo las que con su "palabrería" aparte de despertar en mi la imaginación, me hacian querer entender aquellos detalles "finos" que en muchas ocasiones, aunque existan otras formas de intentar decirse, pero "a veces" sólo con determinado uso adecuado de algunas palabras o redondeo de expresiones requieren que tengan que usarse para marca un énfasis deterinado.
Razón por la cual lo lamento, si tú no quieres aventurarte a leer y aprender el motivo para el cual existe la otrografía, y unas palabras se escriben o se emplean de una u otra forma. Tal vez simplemente no sea yo el tipo de persona a la que tu sepas o puedas leer.
Atte. Ludo Enredado de "Palabrería"
el erotismo , morbo, porno ,guarradas o como le quieran llamar es una parte vital de nuestras vidas. es mas yo creo que es la finalidad de muchos de nuestros actos y procederes cotidianos . osea es una cosa seria . yo nunca he podido seducir a una mujer sin un estudio previo sin una trama y no quiero decir que se necesite mucho tiempo a veces se teje la situacion en minutos pero siempre con inteligencia. en ultimas los relatos de ludo mentis tienen esa virtud son reales y posibles es mas yo creo que muchos son testimoniales en cuanto a la ortografia sin discucion es basica. magoes
ResponderEliminarLudo, he terminado de leer este relato y sigo con los otros, muy bueno pero es una pena que se discontinuen y no terminen las historias, pero esta de Monica merece ser revisada y claramente rehecha y terminada para que los lectores podamos disfrutar de la misma plenamente
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