Los
Regalos de Sandra
Apenas hace unos días , conversando con un nuevo
amigo me preguntaba él si acaso yo conocía algún hombre que de alguna manera
hubiera tenido que tolerar la infamia de ver a su mujer siendo acariciada y
manoseada íntimamente por otro hombre, y que a la mitad del camino no hubiera
atinado a aventurarse a saber que hacer, si dejarle continuar con sus ilícitos
romances, o salir a su encuentro e impedir que ella siguiera manchando su
reputación y buen
nombre.
Aquí les mando el relato que me hiciera otro amigo
que precisamente se encontró en esa situación., espero que lo disfruten y me
digan si allá afuera hay alguien más a quien le haya ocurrido algo similar.
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Los
Regalos de Sandra ©
Rogger, G
O Tigers , LudoMentis
Hace apenas unos meses, a finales del año pasado,
acompañé a mi esposa a la boda de una de sus compañeras de trabajo, y aún
cuando Sandra no era parte de los familiares u organizadores de la fiesta, pude
notar que la mayoría de los amigos de la novia la conocían, así como también
toda la gente de la compañía en que ella labora se hallaban presentes.
Para mí, la dichosa fiesta se convirtió en
algo que en vez de divertido, más bien resultó embarazoso, dado que aun cuando por-
el supuesto recato que mi mujer tenía hacia esos temas-, no se hablaba
abiertamente del tema, y ella nunca lo
ha confesado; y por mi parte Yo no la he acusado de nada, la realidad resulta casi
del todo obvia, y no sólo para mí, si no que ya desde antes sabía que mi esposa
estaba teniendo un romance, o al menos engañadme con alguno de los hombres de
su oficina.