Éste no es un relato nuevo, sino
que por el contrario, en realidad es una de las primeras piezas escritas.
En tanto no vea que sucede con los cambios de Blogger, intentaré recopilar los
trabajos que he dejado regados, por aquí y por allá.
***
Hola como estas amigo mío??, yo como te he contado
anteriormente, me he aficionado a leer tus relatos, aunque como sabes, no es si
no hasta ahora que leí tu invitación para que te escribiéramos y contáramos
situaciones similares a las que tu nos describes tan intensamente, que por fin
me atrevo a contar sobre los hechos que culminaron hace una semanas cuando
durante una celebración que tuvimos en casa, toda mi vida cambio.
* * *
Nunca pensé que pudiera ocurrirme
1ª Pte.(El nuevo trabajo y amigos de mi marido
)
En los relatos que yo leo y tu escribes, mayormente
aparecen historias sobre parejas de mente liberal o maridos que de pronto
descubren su propio lado oscuro o el de sus mujeres que los engañan, aunque
menos se ven cartas escritas por las mujeres en cuestión, lo cual supongo que
al igual que como en mi caso se trata, ha de deberse también por una cuestión
de moral y algo de discreción hacia sus maridos.
El caso es que desde hacía ya algún tiempo, poco
después de que el mío entrara a trabajar en su empleo actual, tras una noche en
que algunos de sus nuevos compañeros de trabajo y jefe directo de mi marido,
vinieran a la casa invitados por él para tomarse unas copas mientras que veían
el partido de fútbol., de pronto a la semana siguiente, de la reunión con sus
nuevo amigos a diferencia de lo que normalmente ocurría, sin siquiera pedírselo
él decidió acompañarme a realizar algunas compras al centro comercial de
nuestra preferencia.
Y ya una vez en el lugar, se mostró sumamente
interesado en obsequiarme algunos vestidos sumamente sexys y atrevidos y
resultando que a partir de ese día, siempre se mostró interesado por hacer que
yo luciera de manera sensual y provocativa, asegurándose de escoger las prendas
más ajustadas y cortas que pudiera haber en exhibición. Incluso gastándose una
fortuna en los más encantadores juegos de ropa íntima, medias y zapatillas con
los tacones más altos que hubiera yo podido imaginar jamás. La transparencia de
mis blusas que en algún momento previo de nuestro matrimonio le había
significado problema, de pronto ya no era molestia alguna, en tanto que los
escotes de mis vestidos comenzaron cada vez a ser más bajos mientras que los
dobladillos de mi faldas parecían ir subiendo cada semana, hasta el punto en
que ya sólo mis buenas costumbres me hicieron poner un alto, justo en el
momento en que ya comenzaba a tener algunos problemillas por no mostrar más de
la cuenta cuando manejaba o subía alguna escalera intentando que nadie fuera a
distinguir el color de mis prendas íntimas.
Para ser totalmente honesta contigo y conmigo
misma, te diré que aunque mucho me agradaba el súbito interés que él tenía por
mi y de aceptaba más que complacida y de buena gana todos sus regalos, aunque
debo admitir que ya la situación comenzaba a salirse de nuestras manos y
frecuentemente cuando me vestía para salir a algún sitio con él, disfrutaba de
las miradas un tanto lujuriosas que algunos otros hombres me lanzaban,
haciéndome sentir ocasionalmente como si en vez de tratarse de mi, ellos
estuvieran mirando a una de esas muchachitas monas que en los bares suelen
rondar buscando la compañía de algún caballero que les pueda proporcionar una
vida más cómoda y con todos los lujos.
Sobra decir que aún sin haber entendido del todo el
cambio de actitud de mi marido hacia mi, ni lo que quizá hubiera podido hablar
sobre con su nuevo jefe o compañeros de trabajo, después de aquella noche, por
lo general todos los viernes o sábados, comenzó a haber invitados en nuestra
casa para escuchar algo de música o ver la televisión, mientras que tomábamos un
bocadillo acompañados con algo para beber.
Y no tardó mucho en suceder que en una ocasión,
cuando mi marido había salido a comprar cigarrillos para su invitado que ya un
poco bebido más de la cuenta, intentó propasarse conmigo y a querer juguetear
con mis senos sobre mi blusa, intentado abrirme los botones de la misma para
zafarme el brassiere que los sujetaba en su interior, aprovechando su mayor
fuerza física, poco parecía yo poder hacer para impedírselo o evitar que
cargando sobre mi parte de su propio peso me arrinconara contra el descansa
brazos del sillón, me impidiera salirme de entre sus garras que tras forcejear
con los botones, finalmente desistieron en su intento pero fueron en cambio
hacia mis glúteos que apretujó entre sus manos sobre la tela de mi ajustada
falda que casi en vano luchaba yo por mantener sobre mis muslos sin que él
pudiera alzármela para descubrir mis pantaletas.
Mientas hacía esto, él insistía en besarme la boca
y el cuello, en tanto que continuaba esforzándome por apartarme de él, cuando
de pronto entre mi agitación y forcejeo, pude ver apenas por el rabillo del
ojo, la figura de mi marido que había vuelto y se encontraba parado en la
penumbra del pasillo, mirándolo todo pero sin acercarse a quitarme de encima a
aquel hombre que amenazaba ya con rasgarme las ropas y poseerme allí mismo
sobre el sofá.
Instantes después cuando en uno más de sus intentos
por arrancarme un beso, aquel hombre cubrió mi campo de vista y yo volteé hacía
el respaldo del sofá para impedírselo, ya estaba yo por llamarlo por su nombre
y pedir su auxilio, cuando ocurrió que de manera extraña se escuchó cerrarse
fuertemente la puerta, al tiempo en que mi marido gritaba desde la entrada que
ya había regresado. ocasionando que al escucharlo, mi atacante reaccionara como
por reflejo y se dirigiera al mueble donde mi esposo guarda los discos
compactos y fingiera estar buscando algún título de su colección.
Yo lo más pronto que pude me acomodé de la mejor
manera mis ropas y sumamente exaltada me quedé sentada sobre el sillón
esperando a ver que ocurría., pero resultando que el resto de la velada
transcurrió sin más novedad mi problema y no fue sino hasta que su invitado se
hubo marchado, cuando ya en la cama disponiéndonos para dormir, que un tanto
temerosa pero intrigada por la actitud de mi esposo, yo le comenté al respecto
de su amigo y él simplemente me contestó que había actuado de la mejor manera
posible, para evitar a ambos una escena incluso más embarazosa.
Y yo aunque sorprendida acepté su respuesta, me vi
tentada a preguntar si acaso no le había parecido suficientemente vergonzoso e
insultante el hecho de entrar a su propia casa y encontrar a su mujer sobre el
sofá forcejeando con un hombre que faltándonos al respeto estaba arrancarme las
ropas mientras que se daba vuelo manoseándome a placer., pero agradeciendo que
al menos el incidente no había llegado demasiado lejos y mi marido en vez de
mostrarse molesto conmigo, dejaba el asunto por la paz, decidí que lo más
prudente era quedarme callada y olvidar el asunto lo más pronto posible.
Apenas un par de semanas más tarde, después de
haberme acompañado a comprar un encantador bikini de color blanco con algunos
motivos florales dibujados sobre la tela y que aun sin ser tan revelador o
dejar demasiado poco a la imaginación, hacía resaltar en buena medida mi
figura. Estábamos dando una fiesta en la alberca del club house donde vivimos,
cuando entré al salón para preparar una rápida botana y ofrecerla a nuestros
invitados y alguno de sus hijos que afuera jugaban en la piscina junto con los
míos, cuando sin darme cuenta yo de ello, uno de sus jefes a quien no había yo
conocido hasta ese día, me siguió hasta el interior y mientras que pretendía
ofrecerme su ayuda para servir las frituras y aprovecho el momento en que yo me
encontraba parada cerca del lavaplatos con ambas manos ocupadas, para acercare
detrás de mi y apoyándose contra mi trasero, restregar sobre mis nalgas lo que
sin duda alguna debería de ser una tremenda erección y yo queriendo evitar
hacer demasiado ruido, lo tuve que dejar que me rozara de tan descarada manera,
hasta que me fue posible encontrar un sitio donde acomodar los platos y
voltearme para encararlo y reclamar por permitirse esas libertades conmigo.
Pero en cambio , resultó que al momento en que me
gire para darle una bofetada, él se me adelanto y tomándome por las muñecas, me
contuvo fácilmente con una de sus manos al mismo tiempo en que me plantaba un
beso que por haberme tomado por sorpresa, apartando mis labios acepté dentro de
mi boca.
Fue entonces, mientras que me dejaba besar por él,
cuando en el reflejo de una de las ventanas
me encontré lo que supuse que sería la imagen de mi
marido y un muchacho con el que sin dejar de mirarme le hablaba en secreto. Y
yo nuevamente sorprendida por su actitud, no objeté mayormente cuando sentí las
manos de nuestro invitado, haciendo saltar uno de mis senos por sobre el borde
de una de las copas de mi bikini y comenzó a pellizcármelo, disponiéndose a
abultar y excitar mi pezón para como un niño de brazos metérselo a la boca,
mordisquearlo y mamarlo.
En ese momento, cuando él me levanto del piso para
colocarme sobre la mesa de aquella cocina y yo aún podía ver la silueta de mi
marido dibujada en aquel cristal, pensé que seguramente entraría en cualquier
momento hecho una furia por la ligereza con que su amigo estaba tratándome a
plena luz del día., pero decidida a de una vez por todas darle motivo
suficientes para que entrara a reclamarme, quise ver hasta donde podía aguantar
verme con un extraño mañosos acariciándome y cuando este aplicando apenas algo
de fuerza, me indicó que separara las piernas para él, yo sin más acepté y le
di acceso a mi área más íntima.
El sujeto viendo que yo no le ofrecía resistencia
alguna, fue todavía un poco más lejos y mientras me susurraba toda clase de
obscenidades que le gustaría hacer conmigo, jalo hacia abajo el elástico de la
cintura de mi bikini y de inmediato comenzó a acariciar mi pubis luchando por
alcanzar entre mi ensortijada maleza de vellos, la hendidura que lo conduciría
hacia el centro de mi ser. Y yo sin apenas darme cuenta bien de lo que hacía,
separé un poco más las piernas para dejarlo hacer lo que quisiera hacerme con
los dedos, pero justo en el momento en que por fin había encontrada la entrada
hacia mi interior, alguien le pidió a uno de mis hijos que saliera de la
alberca para conseguir más hielos. Y escuché la voz de mi marido que
adelantándose a otro de lo invitados que sin duda se había ofrecido a venir por
ellos., se ofreció a llevárselos, mientras que yo alterada por la perspectiva
de que alguien se le pudiera adelantar y encontrarme en aquella circunstancias
con aquel desconocido entre las piernas, y con los pechos al aire sentada sobre
la mesa, apresuradamente me aparté del hombre para arreglarme y salir de ahí
cuanto antes.
Y aunque yo se que mi marido y aquel otro muchacho
habían estado observándome tras el cristal, ni una sola palabra fue mencionada
al respecto, aún cuando apenas una semana más tarde, un sábado por la noche,
volvimos a tener reunión con sus amigos, siendo yo la única mujer presente y
que el sujeto del incidente anterior había vuelto a presentarse en nuestra casa
junto con un muchacho algo menor para estar a esa horas fuera de casa y andar
bebiendo cerveza.
Al menos eran ya las 11 de la noche cuando mi
esposo aviso que tendría que ir junto con uno de ellos a comprara un poco más
de ron, pues sin duda alguna el que quedaba en casa después de la fiesta de la
semana pasada no alcanzaría, por lo que estando ya mis hijos dormidos, en vez
de acompañarlo tuve que quedarme para atender a sus otros tres invitados
mientras que él y su joven acompañante regresaban. Resultando que aun pese a
que yo sabía que aquello era un nuevo ardid por parte de mi marido para dejarme
en casa a solas y a merced de alguno de esos hombres, en realidad no hice nada
para impedírselo y recordarle que durante la semana había comprado más alcohol
para reponer el que decía que le faltaba.
Sin embrago tal y como lo dije antes, acepte
quedarme en casa para cuidar a mis niños, cuando apenas habiendo salido de
casa, de inmediato su amigo con quien había estado en aquella escena de la
semana pasada, comenzó a insinuárseme sin que los otros dos pegados a la
televisión se dieran bien cuenta de ello y yo para evitarlo le inventé que
tendría que ir a buscar en el cuarto de visitas por si alguno de mi pequeños
había dejado el playstation y las luces y apagadas y subir a ver si no se había
despertado alguno de ellos.
Resultando pues que intentando hacer tiempo salí a
ver si acaso veía algún rastro de mi marido, pero sin alcanzar saber realmente
donde podría él encontrarse en ese momento y volví a entrar dentro de nuestra
casa, para efectivamente subir a la habitación de mis pequeños tesoros y arroparles
bien y tras modular un poco la intensidad de la luz, salir hacia mi habitación
arreglarme un poco y esperar a que mi misterioso esposo regresara.
Y ya cuando estaba por terminar de retocarme el
maquillaje, Edward cuyo nombre finalmente había conocido, entró a la recamara
sorprendiéndome por completo al sentir que de manera definitiva él pretendía
violar la santidad de nuestro dormitorio, pero in tener más por hacer como no
fuera pedirle que regresáramos abajo para reunirnos con sus otros amigos., a lo
que el rechazo y sin más se acerco hasta donde yo me encontraba sentada sobre
el taburete y comenzó a besarme.
Aunque esta vez , a diferencia de la ocasión
anterior, simplemente pensando que mis pequeños hijo se encontraban en la
habitación de al lado, mi primera reacción fue apartarme y pedirle que se
detuviera, diciéndole que por favor me considerara y no me pusiera en aquella
situación con mis hijos pudiéndose despertar en cualquier momento.
... " Bueno pues veras""... me
contestó y luego de hacer una pausa siguió ... " A mi no me importa en lo
más mínimo si tu marido, el Papa o tus hijos se despiertan y encuentran a la
putona de su madre dándome una buena mamada mientras que el bobo de su marido anda
quien sabe donde "...
Luego tomándome del pelo me levantó de mi asiento y
me aclaró que sería mejor no hacer mayor escándalo a no ser claro que estuviera
yo dispuesta a que él arrancándome todas las ropas, pudiera comenzar a hacer un
alboroto tal que todos, incluso mis hijos y vecinos se pudieran enterar y
alcanzaran a verme con él, totalmente encuerada y en mi habitación sin poder
dar ya ninguna otra explicación posible que dañara menos mi imagen de señora
respetable y bien portada.
Fue entonces que decidí que las cosas no debían por
motivo alguno llegar hasta ese nivel, ya que en caso de hacerse publica la
situación, aquello sería sin duda alguna el final de mi reputación, amén de la
ruina profesional y desprestigio de mi marido., por lo que ya no queriendo
provocarlo aún más, me dejé hacer por él, hasta que con la sola excepción de
mis zapatillas de tacón y medias termino por despojarme de todas mis ropas
exteriores que quedaron tiradas sobre la alfombra y por un instante se alejó de
mi para dejarme parada frente y contemplar todo mi cuerpo apenas cubierto por
aquel diminuto juego de ropa intima que mi marido me había regalado la semana
previa a la de la fiesta.
" Pero por Dios!!" .... exclamó ...
"Pero si mira nada más lo que tenemos aquí Paty., estas que te caes de
buena"... y luego como si de un sargento o superior dirigiéndose a un
subordinado se tratara, al tiempo que hacía una señal con sus dedos me ordenó.
..."Despacito date la vuelta para que te vea bien las nalgas mi cielo"...
Y yo lentamente aunque sintiéndome bastante
avergonzada por la inapropiada exposición y situación en que me encontraba,
despacio junté mis brazos al frente de mi cuerpo mientras que me giraba tal y
como me lo había ordenado y él comentaba ... " No se que ocurre con estas
ropas que usan las mujeres, el bikini que usabas la semana pasada era incluso
más pequeño que esos calzones que ahora traes puestos, pero no recuerdo que
aquel día tus nalgas se vieran tan ricas y suculentas ni tu te vieras tan
putisima y deliciosa "...
Soltó el majadero comentario y luego terminó
..." Mira nada más como me pones la verga nada más de verte con las
prendas que sólo el bruto de tu marido debería de estarte viendo"
Entonces nuevamente se acercó a mi y me zafó el
broche del brassiere para soltar mis senos que de inmediato saltaron libres del
sujetador, aunque dado que yo mantenía los brazos donde los había colocado en
un vano intento por al menos sentirme así un poco menos expuesta ante su
penetrante mirada, la prenda no cayo por completo y permaneció algo ajustada
sobre mis dos globos de carne y no fue si no hasta que haciéndome terminar de
dar da la vuelta, tomándolo por la tela que unía sus copas con un solo tirón
acabo de arrancármelo y lo tiró sobre la cama.
"Pero mira nada más que tetas tienes aquí
primor" fue lo último que le alcancé a oír , antes de sentir como
comenzaba a besuqueármelas y restregarse contra ellas mientras que las
apretujaba fuertemente entre sus robustas manos, como si quisiera ordeñarlas en
busca de algún rastro de leche que después de haber amamantado al mas pequeño
de mis hijos pudiera haber quedado.
Continuó haciéndolo así por varios minutos hasta
que mis pechos palpitando por el inesperado flujo de sangre que tan tosco
masaje les había producido, parecían querer estallar entre sus manos y boca.,
cuando afortunadamente para mi, él detuvo su ataque para continuarlo únicamente
con sus labios que se alternaban entre mordisquear y succionar mis pezones, en
tanto que sus manos ya se dirigían hacia mis pantaletas para hurgar en su
interior.
Sin embargo, justo en ese momento algo dentro de mi
cabeza me dijo que si lo dejaba continuar y despojarme de aquella última línea
de defensa con que cubría mi intimidad estaría totalmente perdida ante sus
avances y que él no se detendría ya de manera alguna hasta no haber conseguido
poseerme sobre la misma cama en que noche a noche dormía yo con mi esposo. Por
lo que en un último intento por salvar lo que aún quedara de nuestra maltrecha
dignidad, me senté justo al lado de la almohada de mi marido y pude muy
claramente apreciar como él tenía ya problemas para controlarse cuando yo
usando mis delgados dedos debido a mis largas uñas comencé a batallar un poco
con la cremallera de sus pantalón y él impaciente acabo por ayudarme a bajarlo.
Cuando finalmente extraje su rampante erección,
pude también notar que él se encontraba ya más que listo para penetrarme y
hacerme suya, pero decidida a tomar mi última oportunidad y no dejar que las
cosas llegaran a más, tomándolo suavemente entre mis manos, lo acerqué hacia
mis labios y planté un delicado beso en la punta de su erección, que a modo de
reverencia ante su masculinidad fue recibida por él, para después levantarlo un
poco más y comenzar a recorrerlo a todo lo largo y ancho de su geografía que me
permitía la abertura de su pantalón, teniendo cuidado de no dejar rastros de
carmín sobre la prenda o que el mismo lápiz labial fuera a embarrarse sobre mis
mejillas.
Y ya después de mimarlo con mis labios, finalmente
decidí no hacerlo esperar más y de una sola vez me lo lleve a la boca para
engullirlo casi por completo de un sólo bocado y comenzar a satisfacerlo
oralmente, haciéndolo que casi perdiera el control sobre si mismo al sentir mi
lengua succionándolo con fruición , pero instantes más tarde, llevó su mano
hacia mi nuca para sin decir palabra alguna espolearme y pedir que continuara
regalándole el placer de mi boca .
Sin embargo y para alivio mío, al aparecer él se
encontraba sumamente excitado , por lo que pronto comenzó a gemir y gruñir
mientras que aplicaba más fuerza a mi cabeza como si quisiera retacarme por
completo su engordada lanza y me hacía tener problemas para contener las ganas
de expulsarlo fuera de mi dado que al tocar mi campanilla un súbito reflejo me
hacía querer volver el estómago, y no fue si no hasta que retirándose un poco ,
pude volver a respirar con normalidad y contener la sensación, cuando él me
dijo lo que supongo yo que viniendo de él pretendía ser no un insulto si no un
cumplido. ..."Que rico lo mamás Patyta , no más de imaginarte que con esa
misma boca comes y has de despedir a tus hijos cuando los llevas a la escuela,
haces que me quiera chorrear para verte que cuando regrese tu marido lo recibas
con un beso"
Yo de pronto sintiéndome algo trastornada por el
ilícito acto que estaba cometiendo en mi propia casa, me deje llevar por alguna
extraña y hasta entonces casi desconocida sensación y sacándolo de mi boca lo
frote sobre mis mejillas para sentir como las mismas se cubrían por mi propia
saliva que de inmediato comenzó a secarse sobre mi piel . Y brindándole aún un
último placer, haciendo con mi lengua un dardo que pudiera el ver, lo introduje
por su orificio antes de besarlo nuevamente y recorrer mordisqueándolo con mi
labios todo su miembro.
" Dios mío!!!., pero si de verdad que serás la
más grande de las putas mi vida" ... Fue su siguiente exclamación cuando
sintió que mi lengua llegaba hasta el interior de su pantalón y alcanzaba a
empapar con mi saliva uno de sus testículos.
"Puta entre las más putas eres Paty" me
dijo al momento en que sintió nuevamente como lo restregaba contra mi rostro
para después, entrecerrando apenas los ojos, aplicarme con el mismo sendas
bofetadas en ambas mejillas.
"Cuando vayas con tu marido colgada del brazo,
serás Paty la chula o Patricia de tal., pero cuando estés conmigo o algún otro
cabrón amigo de tu marido, eres Paty la Puti"... Comentó ya casi fuera de
si ... "Pero si mira que linda te vez con mi camote embarrado en la
cara"... Exclamó.
Y luego yo que hasta ese momento me encontré ante
la situación de no saber cuando sobreviniera su eyaculación, opté por decidir
que aunque era algo que a mi esposo solamente en un par de ocasiones le había
permitido hacer, quizás lo más prudente sería dejarlo culminar dentro de mis
labios para después poder arrojar los restos en el lavamanos, acomodé sobre el
glande un último beso y me dispuse a hacerlo terminar.
Y ya un instante antes de que sintiera su miembro
agitarse dentro de mi boca y golpear contra mi paladar, cuando él me pregunto
si me tragaría toda su leche o acostumbraba tomar la de mi marido, y yo como
pude le hice entender que no, mientras que sentía como con la respiración
entrecortada al mismo tiempo en que se empujaba nuevamente hasta tocar mi campanilla
con la punta de su encendido falo y me gruñía ..."Pues aquí te va la leche
de un macho de verdad para que la pruebes a ver que tanto te gusta aaauurrghhh
ahhhhhhh así, siiii ooohhh siiiii"...
Resultando que quizás debido a mi inexperiencia en
esas artes amatorias, y a diferencia de lo que había anticipado, todo me fue
bastante más complicado de lo que suponía yo, pues al estallar su primera
descarga fue a dar completamente contra el fondo de mi garganta que ante lo
inesperado de la sensación, de inmediato intento cerrarse para impedir el paso
de su descarga hacia mi esófago y poder así expulsarla, pero cuando la segunda
oleada me inundó con aún más líquido que la anterior, de pronto creí que me
ahogaba al sentir que este me subía hacia la nariz en el mismo instante en que
la cabeza del pene se abría paso más allá de lo que pudiera yo manejarlo dentro
de mi, tocando con él la pared del fondo de mi garganta, por lo que sin poder
evitarlo más, comencé a lamentar mi estúpida decisión de haber pretendido hacerlo
terminar de aquella manera y teniendo que respirar pude sentir como su viscosa
sustancia resbalaba por mi tubo digestivo con rumbo a mi vientre.
"Eso, así preciosa, tómatela toda y no me
desperdicies nada que esto son puras proteínas para ti y si no te la acabas te
puedes manchar con ella"... Me dijo al momento en que expulsaba una
tercera y cuarta descarga para que fuera a parar donde las otras lo habían
hecho.
Pero ya para cuando yo esperaba recibir los últimos
chorros cargados de su esperma caliente, de pronto él extrajo todo su miembro
de mi cavidad bucal y sin siquiera preguntarme lo disparó contra mi rostro con
tan maldita buena puntería que cuando intentaba yo volverlo a introducir a mi
boca para succionar lo que pudiera quedar de su semen, súbitamente una grisácea
y sumamente pegajosa sustancia caliente, me nubló la mirada al caerme
directamente dentro del ojo que de inmediato cerré para intentar calmar el
ligero ardor que me produjo.
"Yaaaahhh, ahhh yaahhhh arrgghhh"... Fue
lo único que alcancé a escucharle decir en tanto que todavía percibí que al
menos dos descargas más aterrizaban contra mi rostro y después, aun sin
atreverme a abrir los ojos, él colocando contra mi cara el glande, comenzó a
batirme con toda la superficie de mis mejillas, incluso apartando con el mismo
parte de la sustancia que aún cerraba mi ojo, para untármela sobre el rostro y
acercármela hacia los labios.
Sabiendo que finalmente ya debía de haber
terminado, abrí al menos parcialmente mis ojos para alcanzar a distinguir que
sería lo que él pudiera estar haciendo, para descubrir que ahora el habiéndose
apartado de mi, buscaba sobre el buró algo con que limpiarse, hasta que
encontrando unos de mis pañuelos faciales, procedió a colocar su miembro entre
sus manos y frotarlo para limpiar los rastros de semen y saliva que lo cubrían.
Mientras que yo sin saber exactamente que hacer a continuación al menos
agradecía que hasta ahí fueran a quedar las cosas y no me fuera a obligar a
tener relaciones con él.
Cuando finalmente terminó de asearse, en vez de
voltear a verme directamente, se acercó al espejo ante el que yo me encontraba
retocándome el maquillaje antes de que él entrara a la habitación, y parándose
enfrente del mismo , arregló sus pantalones mientras que mirándome por el
reflejo del cristal, se dirigió a mi ... "Ve nada más el batidillo que
tienes en la cara, imagínate lo que diría quien te viera en este momento.,
arréglate antes que tu marido regrese y te vea así"...
Yo impasible escuché su morboso comentario pero sin
querer mostrarle a él mi molestia, callada me paré de la cama y fui a buscar
algo con que limpiarme la cara, sintiendo como algunas gotas del semen que
deliberadamente había arrojado sobre mi rostro, ya comenzaban a escurrirse
hacia la punta de mi nariz y cubrían completamente mis labios, amenazando
incluso algunos hilillos con caer a la alfombra de la habitación., por lo que
no queriendo ensuciarla, no me quedó más remedio que llevar el dorso de la mano
con la que no intentaba cubrirme hacia mi barbilla para limpiar algo de la
desagradable y pastosa esencia de hombre que me cubría.
Cuando llegué ante el espejo mi primera reacción la
de pensar que era imposible que yo jamás me hubiera visto tan sucia y
mancillada, al verme toda embarrada y cubierta por el semen de aquel hombre a
quien sin muchas condiciones había yo permitido que me usara de aquella vulgar
manera. El pesado líquido estaba por todas, en mis labios, mi nariz, mejillas,
pestañas y pelo, donde algunos hilos de la viscosa sustancia habían ido a
parar.
De inmediato, entendí que lo que en realidad
necesitaría sería al menos lavarme la cara con agua y con jabón, aunque apenas
tratara de desvanecer las manchas que aparecían en mis cabellos, pues no había
manera alguna en que de otro modo me pudiera yo limpiar sin que exponerme a que
alguien se pudiera dar cuenta de lo que había ocurrido durante la ausencia de
mi marido.
Edward, entendió la situación en que yo me
encontraba y dejando ya de ser aquella persona nefasta que me había orillado a
cometer tan vergonzoso acto y se despidió de mi para que pudiera arreglarme
aunque no sin antes voltear a verme por última vez y agradecer. ..."En
verdad que eres un encanto primor y fue una delicia estar contigo"...
Y luego dándome una palmada en mi trasero sobre las
pantaleta que había al menos mantener en sus sitio, me apretujó suavemente y
completó ... " Tu si que sabes hacer a un hombre feliz, despídeme de tu
marido cuando regrese y dile que lo felicito por tener a tan distinguida y
linda esposa"...
El caso es que finalmente cuando baje nuevamente,
mi marido apenas iba regresando a la casa y yo sintiéndome culpable estuve
nerviosa todo el resto de la noche y siguientes días, no pudiendo si quiera
saber si como en las ocasiones anteriores él habría podido estar observando
mientras que su invitado se propasaba conmigo.
Pero poco a poco todo volvió a la normalidad y yo
asumí que dado que todo había ocurrido en el segundo piso de la casa, a él le
habría resultado prácticamente imposible tanto para él como el muchachito
aquel, atestiguar lo que allí había ocurrido y yo me fui calmando sin sospechar
lo que pronto iba a ocurrir.
Continuara?...
© Jordy Xors & G.O. Tigers
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