esposas de Entretenimiento Cap 1 -2 ( Borrador )

 Gracias a aquellos que como casi siempre, contribuyen ya sea aquí o con opiniones a mi correo o Skype. 

Afortunadamente existen, aunqeu sigo creyendo que es muy triste que sigan habiendo  aquellos que sólo entran , leen y sus cerebritos no dan para más que largarse sin dejar ninguna nota de aliento o comentario que, como bien Dice Rebelde Buey, mas que por ego, sirve  a modo de retroalimentación, para sber si a alguien más le hace sentido lo que  se va escribiendo.

De cualquer manera , en este momento, sin querer perder el ánimo que  tengo por escribir, en vez de regatear con el sunto pendiente de hacer la lista de correo para envio o suscripción de lectores invitados, posteo  este borrador temporal de lo que se supone que sigue, que como verán, viene a ser algo que es tecnicamente inedito en cualquiera de mis proyectos anteriores. Así que si algo no les parace en este giro que le estoy dando a la escena, haganlo saber ahora, o callen para siempre.

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Esposas de Entretenimiento.©

Ludo Mentis ©

Tormentas, Lluvias Intensas

Cápitulo 1

Sintiendo aún la turbada e intensa mirada de aquel ser terminando de traspasar el material que  escasamente le servía para cubrirle su cuerpo, al tiempo en que al verla moverse por el pasillo iba encuerándola de una y mil formas a cada paso que daba ella sobre la alfombra;  sin que pudiera darse bien cuenta de lo que en realidad se tratara,  presentía Gaby que en esos momentos ya algo ocurría, cuando , menos pronto de lo que en realidad hubiese querido tardarse, finalmente alcanzó a mirar fugazmente las últimas letras que del letrero que señalaba la puerta de dos hojas de la Suite a la que había sido citada, y queriendo apurarse a entrar cuanto antes, se apresuró a llamar para que le abrieran.

Luciendo hiper sensual, y sin más otro remedio para poder evitarlo, bajó ella la vista ligeramente hacia el piso, forzándose a no voltear a mirar a ningún otro lado mientras esperaba que abrieran, y las dudas y nervios la asaltaban de nuevo al verse parada allí en ese lugar siendo observada.  Voluptuosa y sin duda un regalo a la vista y las incendiarias miradas que para su infortunio pudieran haber llegado a reconocer su presencia y verla ataviada en tan sugerente y por demás llamativamente corto y ceñido vestido que aparte de dar la impresión de haberle sido hecho con molde preciso y calcado ajustándose a sus tentadoras formas, antes de fundirlo sobre su encantadora figura, para que pareciese ella más la terrena imitación de una diosa de carne, huesos y curvas vestida en tonos áureos que de acuerdo a la porción de montañas, valles o crestas,  transparencias y sombras del cuerpo de Gaby que se hallasen cubriendo,  parecían relumbrar y surgir en distintas intensidades doradas con el reducido material que le parecía simplemente haber sido untado sobre su tentadora persona con la plena intención de ser un regalo a la vista , e incluso, tal como sucedía ahora con aquel tipo que no dejaba de observar lo que hacia ella, poner  a los hombres locos de antojo al mirarla.  

Finalmente luego de algunos breves sonidos, y el chasquido del picaporte siendo accionado desde el interior, la puerta finalmente se abrió para dejar ver a Gabriela de inmediato a aquella rolliza mujer de estatura y aspectos bastante intimidantes.

Vaya, vaya, pero si mira nada más esto.   Que cosa más linda, Dulzura…   ¿Puedo ayudarte  en algo Mamita?…‑     Con marcado acento extranjero, pero sin contemplaciones ni otras palabras que encubrieran mayormente sus francas consideraciones para con ella, en cuanto aquella la vio parada ante sí la recorrió con los ojos de arriba hacia abajo, y arriba de nuevo.

… “Eh-ehehr”.‑  No habiendo sido preparada para el inesperado encuentro, a Gabriela se le vio titubear, y pese al don de aparentar ante casi todo el mundo siempre aquella apostura de mujer segura de sí misma pretendió alzar primeramente la vista hacia el letrero que indicaba el número y nombre de la suite a la que le había sido indicado que se presentara, empero al sentirse observada tan cercanamente, interrumpió el paseo de sus ojos que se detuvieron sobre la persona que le había abierto.

‑S-si…‑ Tratando de reponerse de la incomodidad de tener que dar explicaciones de más y el disgusto de sentirse devorada ahora por la penetrante mirada de tal mujerón que parecía querer arrancarle , o de menos halar hacia abajo el pronunciado escote de su vestido, Gabriela no tuvo más remedio que tolerarle y explicar:  ‑Vengo a ver al Señor Alfredo.  Me pidió que estuviera aquí para verlo a esta hora para una reunión.

¿Señor Alfredo?‑   Sin salir de su propio asombro, la extranjera se notó divertida tratando de repasar los nombres que le habían sido dados durante su breve estancia en la ciudad.

‑Soy Gabriela‑  Pretendió ella explicar contrariada, antes de verse precisada a intentar terminar el desconcierto que aparte de las miradas que la mujer le lanzaba, curiosamente también se produjo dentro de ella al sentir, a la vez vulnerado su ego y experimentar el incómodo bochorno que de pronto surgió al percibirse siendo únicamente juzgada y evaluada por otra mujer como un anónimo cuerpo u objeto bonito y lleno de curvas, pero sin no ser reconocida por éste; por lo que intentando hacerle saber a aquella chocante señora quien era ella, insistió en volver a decirle su nombre empleando el apocope con el que era más conocida:

‑Soy Gaby L-o…‑ Sin poder concluir quedó diciendo entonces apenas su primer nombre cuando sin mostrar el menor respeto por ella, a la mujersota pareció no tener serle de menor importancia cuando casi escupió: ‑ A ver…  Tom, parece que ya llego la diversión y centro de entretenimiento que nos mandaron del banco…  Recibe Tú a la damita en lo que yo hago una llamada.

Gabriela, francamente confundida se quedó con las palabras a media boca, sin acabar de decirle su nombre a aquella grosera mujer que sin más comenzó a darse la vuelta para regresar hacia el interior de la suite  al momento en que sin esperárselo ella, de la puerta surgió una enorme mano de color chocolate que sin más atrapó su delicado brazo izquierdo y de un fuerte tirón la hizo entrar al tiempo en que otro individuo al que ella tampoco había visto hasta ese momento, cerraba la puerta sin dar más tiempo a que aclaraciones fuesen hechas en esos momentos.