Un Padrino para Los Novios...

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Desde el momento que te conocí por primera vez y vi este cuerpecito en el aeropuerto sabía que acabaría clavándotela toda completa Mamita…  que sin importar lo que éste pudiese llegar a decirme, estás nalguitas serían para mí.    – Sin dejar de domarla, haciéndola suya de nuevo, a menos de cuarenta y ocho horas después de que yo mismo se la presentara en la terminal aérea, Bruno tomaba una vez más posesión del cuerpo de mi prometida.

Era como si aparte de disfrutar poseyéndola meramente y corrompiéndola para mí, quisiese demostrar y marcar su dominio. Mismo que extendió aún más dramáticamente al momento en que sin necesidad alguna aplicó sendas nalgadas sobre los vibrantes glúteos de mi japonesita perdida, que se estremecieron y se agitaron frente el efusivo maltrato de aquella manota que les humilló y los hizo temblar como gelatinas de carne dispuestas ante su antojo e insidioso zarandeo inmoderado, que siguió acompañando con sus pesadas palabras.

“Desde que te vi allí, con tus taconcitos paradita esperándome al lado de este buey, te lo noté en la carita”…  ‑ Hizo una pausa que apenas y empleé yo también para preparame y tomar aire antes de que aquél concluyera luego de un jadeo: ‑“Y supe que sin duda eras una de esas con carita bonita y apariencia de ángel, pero toda una putota ya que sienten el fierro”…

Aquello era abrumador para mí…  Luego de oírlo lacerándome los oídos con tan aberrantes sentencias,  volvió a quedar claro que aunque aquel hombre hubiera podido llegar a llamarse mi amigo, en realidad me vendía muy cara lo que una tajada de dicha amistad pudiera valer. Y de la misma manera, al caer en derrota, ante él no había misericordia, ni quizás conocía el significado de ser magnánimo con el vencido. “Él Venía a por todas”… ‑ Recuerdo  haber pensado, empleando el gracioso españolismo que aun en tales momentos me sorprendió viniendo hacia mí.

…“Edgar”.  “¡Tu pinche chinita me las tiene a punto ya de explotar las pelotas!”.‑ Me sacó de mí mismo al soltar sin consideración alguna hacía mí o hacia ella tan cerril comentario que vino antes de que llevando a indecibles terrenos de aun más infinita procacidad me participara de las sensaciones que experimentaba en dicho momento y me cuestionara el muy abusivo:

“¡Oh…ohhh!.. Que rico lo aprieta allá dentro de su cajita tu novia”…   “Me lo tiene todo mojado mientras se viene toda ella alrededor de mi palo”…  ¡¿Si me vengo dentro y le vació mi manguera, tú no te enojas?!...   ‑  Inmisericorde soltó la retorcida pregunta que reafirmó:  ‑Se la tengo toda clavada hasta dentro con mi manguera llena de leche a punto de disparárseme en la entrada del horno, ¡¿Quieres que se los eche a tu prometida allí dentro?!”…

‑S-s… s-i…‑  Me descubrí a mí mismo apenas si balbuceando mi arrobado consentimiento. Conmovido ante la descomunal intensidad del momento del cual me participaba en detalle aquel grandulón; como si quisiese que aparte de presenciar tan tremenda escena en la que mi futura mujer participa como receptáculo y blanco de sus encendidos anhelos. no fuese a perder yo la noción de lo que sucedía más allá de lo que mi humana visión alcanzara a poder distinguir que estaba por sobrevenirse entre los cuerpos de ambos.

…Me voy a venir bien dentro de ti. ‑  Más que jadear, casi barruntó él.

‑“¡Tómalos!... ¡Tómalos Todos Putota!”…    Recuerdo aquellas palabras que empleó él enseguida, cuando empujando completamente hasta el fondo la gruesa empuñadura de aquel reluciente falo, comenzó a regarse dentro de Mi Daiko…  Quién complaciente y sin atreverse a levantar la cabeza de sobre el colchón, permaneció acomodada justo delante de él con las rosadas y tiernas nalgas ofrecidas a él, en el aire.    – Pareciendo estas, además de un obsequio, un sumiso pabellón de tiro dispuesto para satisfacerlo y a su vez  provocar que no hubiese desvió posible en la diana que aquella enorme y gruesa manguera de piel tendría de objetivo en medio de estas.

… “Uuhhuœ” – Así  pareció llegar a mí el gutural gemido que acallado por las telas del colchón  y la almohada, escapó de los labios de Dai cuando seguramente sintió aquel bruto comenzaba a explotar.

“Oohhoæehhgh”… ‑ Cómo si al igual que el cuerpo de ella lo hacía, el sonido también pudiera parecer que se derretía en esos momentos, llegó a mis oídos un segundo gemido que él de nueva cuenta arrancaba de la boca de mi querida Patricia en dichos instantes a los que él se sumó con un resoplido maestoso.   – ¡Oooærghh!... ¡  Aaæerghhh!

‑S-s… s-i… l-o- sie-he…ento…   L-a si-e-ento toda… Sí dá-hamelos…  Te Siento có-o-mo pulsa.‑  gimoteó Patty abandonando su cuerpo al placer de sentirse tomada.

‑Eso es Chiquita… ¡Te siento como te vienes toda alrededor de mi palo, Ricura!...‑  Extasiado ante la entrega completa aquél masculló justo enfrente de mí, antes de dirigirse de nueva cuenta hacia mí:  ‑ ¡¿Si te has estado fijando Edgarín?!...   Así es como se le da un buen palo a una de éstas…

‑Sí…‑ Apocado, apenas si musité lleno de envidia derivada de mi propia ineficiencia mientras le miraba replegar un poco su cuerpo del pleno contacto con el de Dai, para, ‑sin salirse de ella‑ dejarme ser testigo del modo en que su palpitante virilidad parecía estarla cargando cual si fuese la gruesa manguera de una cisterna llena de leche.      –Sé que podrá parecer esto imposible, pero más allá de todo razonamiento coherente, en tales instantes, a mí me dio la impresión de poder estar viendo aquel pene pulsar y ser recorrido por la viscosa sustancia que manando del cuerpo de él, fluía hacia el interior de mi Linda Daiko. ‑  Como si verdaderamente se estuviese encargando de dejarla por completo cargada y fertilizada con toda su leche; y mandarla así bien preñada por él a nuestra luna de miel.

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‑Creo que si lo quieren… – Aquél ególatra me robó el pensamiento, cuando sacándome una vez más de mis trastornadas cavilaciones, terminó vulnerándome: ‑ Te voy a tener que coger antes de que te cases…   Para que así cuando camines delante de todos por el pasillo en la iglesia, puedas sentir las piernas bien embarradas de semen, y verte caminar al altar escurriendo debajo del vestidito que ya te pondrás para que los demás no te lo vean como quedó todo mojado debajo.‑

La siniestra ensoñación se grabó para siempre en mi cabeza aun antes de que ella aceptara cuando él preguntó: ‑  ¿Si te gustaría eso?... ¡¿Verdad mi putita nalgona?!.  ¡¿Sí querrías que te mande toda cogida y con tus calzoncitos escurriendo mi leche el día de tu boda?...  ¡¿Verdad?!... ¡Pinche Chinita Cabrona!...

‑!Sí!, ¡sí!... ¡Sí!...  Dámelos‑  Me pareció poder estar aun presenciando el instante en que acabando de drenar ella toda la pesada descarga que aquel grueso pene pudiese tener aún dentro para obsequiarle, se hallase dispuesta a complacerle en la manera que aquél le pidiera…

‑¡Toma, toma, y tómalos todos Vieja Putona!…  Por Dios que, qué rico coges, ¡Cabrona!... ¡Ya me sacaste toda la leche!... – Nuestro futuro padrino exclamó entre bramidos que poco cuidado tenían de que alguien  pudiera alcanzar a escucharlo en su gozo.

…Allí les va mi regalo anticipado de bodas para el novio y la novia. ‑  Por fin culminó su improperio comenzando a extraer de la envilecida cavidad de Daiko Patricia su embarrada masculinidad, que terminó de deslizarse fuera de ella para dejar algunos hilos espesos de semen que entre ellos surgieron para aun conectar momentáneamente sus cuerpos exhaustos.

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Un  Padrino  Para  Los  Novios  (    Adaptacion   tanal   )   ® 

GO  Trigers,  Ludo  Mentis© 

Edicion  De   El  Escrutinador