Nota

Te recordamos que las aportaciones incluidas en este blog son propiedad intelectual de sus creadores y estan registradas, por lo que su uso o publicación previamente no consentida constituye una violación a los derechos de autor internacionales vigentes. Antes de "Tomarlas Prestadas" sin aviso te agradeceremos contactarnos si requieres su uso.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Asuntos de Interés y Negocios 3er Act ( 3a Esc )



Asuntos de Intereses y Negocios  (  )  Adaptación*
Ludo Mentis G.O. Tigers.

Todo por un Precio Especial


 3º Acto - Escena 3ª    ( Un Cuarto con vista… )



Trastornado por la profunda sensación de iniquidad que me consumía simplemente obvié la elemental precaución de ver que nadie allá adentro de la otra cabaña o los encargados de atender estas o la recepción de motel, y como si yo fuera de casa entré a la que tenía ya enfrente de mí, adentrándome en la oscuridad de un pasillo que sin encontrar visible el interruptor de la electricidad, apareció ante mí tan oscuro y lúgubre como las fauces de un lobo.


…¡No., si, sí  está bien rica la “ñora”!.—  De repente sentí que el sonido de una voz carrasposa proviniendo del interior con aquellas palabras me alertaban a que tomara plena conciencia de la presencia de alguien más allí dentro. 
¿Qué pasó?., ¡Ándale tú!...  ¡Ya pinche Manuel!, apúrate que si no se la van a empezar a picar  y yo no sé cómo se maneja bien esta cosa…   Tenemos que aprovechar que no está el mugre Ramón apurándonos, ni dejándonos ver...  — En seguida me percaté de que fuera quien fuera el dueño de esa voz, seguramente me confundía con alguien a quien esperaba.

—¿Qué pasó, si fuiste por los cigarros?.—  Preguntó enseguida sin apartar la mirada de un objeto que parecía irradiar cierta luz.

…¡Oiga!.  ¡¿Me puede decir qué está haciendo aquí dentro?!.—    Indignado de lo que inmediato entendí que hacían o hacía aquel hombre y estaba por ocurrir si yo se lo permitía, le revelé mi presencia.

¡No, oiga no!., este cuarto no está disponible…  Le estamos dando mantenimiento. —  Después de un breve instante de desconcierto reaccionó apartando la vista de destello de luz que  iluminaba su rostro.

¿No está entonces en renta más que para ustedes cabrones?., ¡Bola de malnacidos!...  ¿Qué se supone que hacen?...  ¿Espiando y de pasada tomando videos de las mujeres que entran aquí acompañadas para después chantajearlas?...— Sorprendentemente hasta para mí, de entre mi indignación y prolongado estado al borde nervios en que me hallaba, en vez de otra cosa surgió de mi ser un súbito aire de aplomó y seguridad ante la circunstancia que afortunadamente para mí y mi causa, se sostuvo e incluso se convirtió en algo más cuando a lo anterior se sumó el conocimiento pleno de lo que seguramente acababa yo impedir que ocurriera a costas de mi propia desgracia y los malos pasos de mi mujer.  Aquella a la que este tipo pensaba grabar en compañía de su amante en momentos tan íntimos.

De la seguridad y el aplomo, cuando entre las umbrosas visiones que me permitía tener de él la luz del dispositivo con que pensaban captar a mi esposa en cuarto de al lado, le vi moviendo una mano para buscar un aparato que llevaba sujetado en su cincho, llegando todavía más lejos y en un movimiento digno del mejor  y más audaz personaje de acción de las películas de espionaje., en un pase a “la Bourne” ni siquiera le di tiempo para que, antes de que oprimiera el botón que activaría la señal de salida, ya se lo había yo arrebatado y ahora lo tenía yo en mis manos y justo delante de él para luego decirle:

“Mira, tu aprietas esté botón y yo me aseguro que tú, tu amigo, tu jefe y hasta el dueño de este lupanar lleno de putas acaben en la estación policiaca explicando que otras cosas más hacen aquí además de rentar cuartos casi por hora”…  “¿Me explico?”…

Terminé de decirle sacando del bolsillo interior de mi saco mi agenda  y abriéndola fugazmente frente a sus ojos para intimidarlo haciéndolo creer que le mostraba una identificación oficial que ‑ aparte de a él sin trabajo‑, más pronto los pondría a todos juntos a declarar ante el abogado procurador de la ley.

—¡No mi Jefe!... ¡Yo le juro que no!...   ¡Nunca  lo había yo hecho!...  ¿¡Por favor si Jefecito!?...  ¿Cómo quiere que se lo demuestre?... —  Lo escuché ahora casi implorándome que le creyera y me apiadara de él.

—Pues mira no sé… — Le dije primero sabiendo que  ya me había creído todo aquel cuento.  —¿Por qué no empiezas por decirme donde se enciende la luz de aquí adentro y luego te largas?...—  Con aire autoritario me dirigí hacia él.

—Sí Jefe, está bien.  Sólo déjeme apago esta cosa—    Pidió acercando las manos hacia el dispositivo de grabación que tenían montado sobre una especie de atril o tripie que se veía que  tenían ya muy bien preparado y acondicionado

—¡No!., el radio y el aparato se quedan aquí… — Categóricamente y para su mayor desconcierto  atajé.

—¡Pero Jefe!...  No sea así malo conmigo…   ¿Y si luego me llaman?... ¿Cómo los oigo o luego que les invento?... — Pidió extendiendo  una mano para que yo le entregara al menos su radio.

—¡Mira pendejo!...  Hoy he tenido una noche muy mala antes de llegar hasta acá… Pero para que veas que no soy mala persona  te voy a dejar que ahorita que venga tu amigo Manuel o algún otro pendejo, le digas que el cuarto ya lo rentaste a alguna otra pareja que entró.  Y así no acaban todos ustedes pasando la noche en la delegación, y tú sin trabajo mañana.  ¿estamos?...— Le dije irritado y con ansias de poder hacerme de la pantalla de aquel dispositivo en el que a juzgar por la errática danza de luces que tenuemente bañaban la habitación de seguro algo ya registraba.

¿Pero?...  ¿Y si lo renté?... ¿cómo les doy el dinero o que cosa les digo?...  — Siguió cayendo en mi juego.

—Mira, mi amigo., ¿Qué te parece si sólo te doy unos cinco billetes y te vas a hacer lo que tengas que hacer y me dejas ya de una vez mirar que cosas hacen del otro lado de esa pared?.  Te aseguro que de verdad no me quieres completamente enfadado y ya encabronado contigo —  Le propuse , bordeando la hoguera de la buena suerte que hasta ese momento había y mismo encendido. Y diciendo  y haciendo, saqué mi cartera y luego de buscar un poco dentro de esta, aparte un par de billetes verdes que, por coincidencia alguien me había entregado esa misma semana y yo aún conservaba  aun casi  intactos. Y con la imagen del único de los personajes que con todo y no siendo presidente de los Estados Unidos de Norteamerica, aun aparece en sus monedas.,  dando la cara hacia mi interlocutor se los extendí para que los tomara. Y le ofrecí.

—Esos son para ti. Los otros tres te los doy cuando me vaya de aquí sin que me hayan causado otras molestias ni tú, ni tu amigo… ¿Te parece?...  Te aseguro que con eso queda todo más que pagado y yo  te estaré agradecido.

Sí, está bien Jefe,  Ya sabe que yo no diré ni una palabra…—   Aceptó antes de titubear y con nerviosismo decirme que tendría que ir a tomar una ficha para el registro.

—Si hombre, está bien…  Tú no te apures…— Lo calmé antes de distinguir un leve murmullo de voces que apenas podían percibirse,  pero que al descubrir entre las bajas cualidades de audio con sonido electrónica la que me pareció ser la voz  de mi esposa, llegó a mí como el chasquido que produjera un látigo siendo lanzado con furia hacia mi consciencia , e inesperadamente tuvo el efecto de hacer que surgiera dentro de mí aquella inquietud apremiante de poder hacerme a la mar de mis retorcida y seguramente muy ignominiosa perversidad.

Con todo, al sentirme flaquear de nuevo justo antes de que por fin acercándome hacia la pantallita para ver si de cerca se alcanzaba a escuchar algo mejor, al tiempo en que tapando metálico sonido con mi voz por unos instantes  le pregunte acerca de dos dudas que de pronto me pareció vital cuestionarle y conocer la respuesta:

  Siendo una de estas, si sabía él desde hacía cuanto ella había entrado.  ¿Si acaso ya habían estado esperándola?...  ¿O había ella entrado sola o acompañada? .  Y:

  “¿Sirve esto para escuchar del otro  lado lo que se dicen?”…  — Fue la otra  más concisa pregunta.

Sí, sí sirve aunque  a veces se escucha muy bajo Patrón… —  Se delató a si mismo antes de recomponer:

—Bueno, eso  es lo que les he oído que dicen…  Usted sabe.—   Añadiendo enseguida:   —Pero si le sube usted otro poquito o se pone un audífono de seguro si escucha…

Terminando por aclararme las dudas más allá de lo que yo hubiera esperado al decir:   —“La señorita que está allí adentro estaba esperando a los dos caballeros que entraron poco antes que usted Caballero…—

Diciéndome esto justo en instante que oteando dentro del visor de cristal líquido empezaba yo a registrar con mis ojos lo que vería.

—Está bien.  Ahora por favor déjame estar aquí solo un rato., ve a buscar tu tarjetón de registro o a hacer lo que tengas que hacer y regresa más tarde para que te pague.—  Finalmente le pedí sin apartar la vista de la visión del visor para irme adecuando a la luz.

—¿Le enciendo o le dejo apagadas las luces?...  Si usted quiere allí hay un banco que le  puede servir…

Eso fue lo último que pude tener en conciencia antes comprender que era lo que mis ojos veían a través del dispositivo electrónico que usaban para a abusar de la confianza de los usuarios que visitaban aquel sitio
* * *

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

3 comentarios:

  1. cibernetico don ludo , nos dejas en ascuas magoes

    ResponderEliminar
  2. 2 parte.-
    Tú sabes que me gustan todas tus series, pero Esta…
    Me resulta muy refrescante porque ya lo dije anteriormente
    A).-La esposa es quien tiene la voz cantante, es decir quién guía esta aventura, con la astucia y picardía femenina, ¿A donde nos llevara ella? No lo sé, pero yo tengo mucho morbo, perdón quise decir mucha “curiosidad.”

    ResponderEliminar
  3. 3 parte.-
    En tus series Cosa originales son las frases, resultan muy estimulantes y a pesar que sería imposible mencionarlas todas, NO por eso voy a dejar intentar reconocerlas;
    En el capítulo 3 de asuntos de interés la frase:
    “Tú sólo acuérdate cuando estés con una puta no le beses los labios” Si le besas la boca o ahí abajo estarás besando los palos de todos con los que se haya acostado
    ¿Aplicaría dicha conseja de no besarla sabiéndola puta? ¿O en que momento era oportuno volver a besarla si la puta en cuestión era la esposa de uno?
    “pero que agradecería vieras como había dejado él a tu esposa”
    En el capítulo 4 de asuntos de interés la frase:
    ¿cómo está el esposo de mi “noviecita”?
    En el capítulo 5 de asuntos de interés la frase:
    “La señorita que está allí adentro estaba esperando a los dos caballeros que entraron poco antes que usted Caballero… (¡SON DOS!)
    Que casi se me salen los ojos cuando leo esto, ¡GENIAL!

    ResponderEliminar