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viernes, 25 de abril de 2014

Asuntos de Interés y Negocios 2ª esc ( La Cita )





 Asuntos de Intereses y Negocios  (  )  Adaptación*
Ludo Mentis G.O. Tigers.

2ª escena    ( La cita… )

Nada más sucedió durante  el resto del día.,  después de pagar  la cuenta del restaurante, que como galantería y gastos de representación por parte mía hacia los futuros cabildeos y buenos oficios de mi esposa, cubrí esperando que  al menos algo bueno surgiera de la llamada que haría al tal Romeo.  Y en eso, ya por la tarde me hallaba intentando hilar algunos pensamientos para redactarlos en unos correos que tendría que hacer llegar a otras dos casas de bolsas con las que ya había fijado postura respecto al interés de mi propia inversión, cuando la tan ansiada llamada llegó.

—Oye Papí ., ¿No tenemos o tienes tú ningún otro plan o nada que hacer esta noche?... ¿verdad?— Del otro lado de la línea  escuché la voz de mi esposa que me preguntaba a rajatabla.


—No…  Bueno, no que yo sepa. No me digas que te dijo este amigo que lo viéramos  esta noche o algo…—  En mi eterno afán de  ir procrastinando las cosas iba a pedirle que de serle posible, si esta persona le había dado la posibilidad que lo viéramos, lo hiciéramos por la mañana  en algún desayuno o sus oficinas para que  habláramos y tal vez nos presentara un prospectus para la inversión.

Pero en vez de eso, acerté a decirle que no recordaba yo tener nada atorado o que hubiera planeado que hiciéramos y le pregunté:    ¿Hay que ir de saco y corbata?, o puedo ir con algo casual?...

—No, tú puedes quedarte como quiera que andes vestido…  Pero te pregunto porque creo que tengo una cita…—  Luego de aquellas palabras el teléfono pareció quedar como mudo por unos cuantos instantes.

—¿Crees que tienes una cita, o sabes que tienes una cita?—  Luego de recomponerme de la sorpresa que ocasionó que el corazón me diera un vuelco hallé la compostura para responder con mi cuestionamiento.

—Bueno, es que no sé, por eso te llamo…  Digo si es que no tenemos nada y tú estás de acuerdo para que yo pueda aceptar.

— A ver Veró, me digas que si ya te invitó, tú no contabas con que sólo me lo dirías…— Quise intentar hacerme un poco difícil.

—Bueno, sí, está bien viejo gruñón… Hemmm…bueno es cierto, pero mira, es que sólo quería decirte por que habíamos quedado que en la noche hablaríamos, pero ya no sé si le digo que sí,  hasta que hora pueda  llegar yo hoy por la noche o adonde me lleve., Dani no está  y necesitaba saber si tu ibas a estar para que el niño se quede contigo…

Por demás queda decir que terminé helado, sintiendo una vez más que la  vida se me iba del cuerpo ante semejante confesión o descaro que sin más me estallaba directo al oído para entrame enseguida por la cabeza y terminar por dejarme pasmado.  Allí estaba sin más aquella señora., mi esposa que durante el desayuno me había  torturado sin querer admitir que clase de relación tenía con el sujeto con el que seguramente ahora saldría por la noche.

—Ah vaya… —  Repliqué en cuanto pude volver a decir algo.

…Y me supongo que ahora me dirás que la cita es con el Señor del cuerpazo que está riquísimo… Y de pronto se le ocurrió verte para comentar que estrategia puede resultar útil para que él la trabaje en la noche y mañana por la mañana me la presente.—  Jugando un poco aquel juego que con tanta desventaja muy mal jugaba ante ella, quise al menos intentar hacerla caer fuera de su zona de confort.

—¿Si es con él la cita?...  ¿Verdad Vero?... —  Quise asegurarme de no estar equivocando el camino.

—Romero no es el Señor del cuerpazo Papito., y se llama Romeo…  Y sí., la cita es con él Papi.  Ya me dijo que sí pero hay algunas cosas que quiere mostrarme antes de verte.—   Con un notorio dejo de ternura y buen ánimo pareció resultarle importante a Verónica que dejara yo de referirme hacia él como hasta ahora lo había hecho.  Cuestión por la que no quise ya ser tan molesto y apartando de mi cabeza la posible clase de cosas que el tal Romeo, el asesor de financiero de mi señora podría querer mostrarle en la noche durante la cena o más tarde luego del postre que ya me adelantaba yo a imaginar cómo sería.

—Está bien entonces Vero, pues ve a ver qué cosa quiere enseñarte…  Salvo por lo de quedarme con el  niño.  ¿qué cosa te digo?., ya sabes que sí., ¿Quieres que vaya por él a algún lado?... Nos vamos al cine pero si dime que cosa le digo. — Me ofrecí a hacer de niñera.

—Si, se puede pasa por él al colegio., que se quedó a lo de las clases de guitarra, y yo tengo que ir a otro lado antes de ir a cambiarme.—  Continuaba inundando mi pequeño barquito.

—¿Vas a cambiarte y toda la cosa?... —  No pude evitar hacer la pregunta.

—Bueno, sí, de eso también iba a decirte algo., pero dime, no quiero que te molestes, de veras le hable para que viéramos lo de la cuenta.—   En una de esas extrañas ocasiones en las que de pronto parecía sentirse culpable intentaba excusarse conmigo.

—No, no es eso Verónica, no es que me sienta molesto, sólo que no me gusta pensar que aún haya cosas que no hayas querido contarme, y ya no sé si cuando lo conozca el tipo éste piense que me está viendo la cara o que no tengo ni idea que cosas hayan pasado entre ustedes… —  Busque hacerme entender de manera serena antes de decidirme a volver a hacerle aquella pregunta.

—¿Si has estado con él?... Tú sabes… —  Buscaba no tener que decir las palabras exactas para no tener que preguntarle de manera concisa si la había llevado a la cama aquel hombre.

—Sí… —  Se hizo un breve aunque profundamente incómodo silencio del otro lado línea.

—¿Cosa seria?...  — quise saber.

—Sólo tres veces… — Después de la confesión, de nuevo vino el pesado vacío del silencio.

… Dos antes de que volviéramos.—

“Y de seguro esta noche querrás llevarlo a tu casa para dejarlo que iguale el score., sean dos  durante nuestra separación y otras dos ahora conmigo y te coja en tu cama toda la noche hasta que te deje preñada con tu tercer hijo de padre distinto”—  En mi mente casi alcancé a escucharme soltándole la infame recriminación que por poco y alcanza a escapárseme de la boca al enterarme de aquello.   En vez de aquel exabrupto, secando las ganas de soltar tan obsceno señalamiento que pronto quiso surgir de lo más recóndito de mí retorcida dignidad, me limité a sugerirle mi duda.

…¿Y la otra?.,  ¿ya cuando habíamos vuelto?.—

—Sí…    Respondió lacónicamente.   — Fue después de que hablamos acerca de Federico y lo del embarazo…   Teníamos poco tiempo de haber vuelto—   Con un viso de añoranza pareció recordar tales momentos antes de añadir:

—Pensé que querrías que yo hiciera esas cosas con otros y no con Federico…   Fue en un tiempo que también dejé de verlo a él pero nunca lo hablamos…    Siguió aquel dejo de melancolía o aire de complicación que terminó cuando me cuestiono:    —¿Estás molesto conmigo?... 

—No…  Molesto no, sólo es que hiciste que me acordara y no me esperaba las cosas así.—   Por supuesto que aparte de lo que contesté.,  mi cabeza voló de inmediato a aquellos meses en los que por algún tiempo creí que habiendo sido abiertos y honestos, luego de que ella escuchara acerca  de mis inquietantes sueños y aceptara comenzar a contarme aspectos de las cosas que ella misma había hecho durante mi ausencia; con quienes había estado saliendo; si había dejado de ver a Federico, o cualquier otra cosa que yo suponía que eran verdades, entendí que su romance había terminado definitivamente hasta que aquel volviera a buscarla.

Claro que ahora veía que aun pese a no haberme mentido, de seguro existían pequeñas omisiones y olvidos de pequeños detalles como el del sujeto con quien yo supuse que ella estaba saliendo cuando volvimos…   —“Santas Bati confusiones y enredos Batman” —  Hubiera dicho el joven entenado del mítico súper héroe.  Lo que si resulta seguro es que no fui yo quien no entendiera, sino que deliberadamente hasta ese día ella había buscado que yo no me enterara de su relación con este hombre con el que ahora saldría.

—Bueno., ¿pero y desde cuando ha estado pasando esto con él en esta ocasión?., o ¿hay algo de lo que de veras deba enterarme acerca de él, Verónica?...    De forma más sutil busque saber más detalles

…Sólo volví a verlo hace poco luego de que me pediste que buscara si alguien más sabía o nos recomendaba sobre el dinero…   Dos o tres veces, también este mes., pero sólo hemos platicado…   No creas que ha pasado nada.     Si quieres cuando regrese, si estás despierto ya te platico…  Ahorita se ya se me está haciendo un poquito tarde para hacer unas cosas.—  Ofreció ella serena.

—¿Terminando todo temprano para tu cita?—   Lleno de un contrito morbo quise provocarla a que me dijera.

—Compras…—  Me dijo primero., dejando brevemente en el aire la posibilidad, antes de rematar:  —¿Puedo usar tu tarjeta?...   Tengo que ir a la tienda a hacer unas compras, buscarme algo bonito y necesito un vestido que vi...

* * *

1 comentario:

  1. estimado Jordy,
    me estoy poniendo al dia con el blog. Quedó miuy buena esta versión. me encanta
    francisco

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